viernes, 3 de diciembre de 2010

Aletheia

No encuentro nada más que caparazones, capullos de hierro.
Crisálidas de carne que encierran mariposas de luz, que esperan que su envoltura se pudra para salir a la luz
Cuando desnudaba tu cuerpo, deslizando tu camiseta entre mís sábanas
me sonreías y dejabas que mis manos fluyesen como el cauce de un peligroso y dulce río que deseaba verterse entre tus cordilleras
nuestros cuerpos perdían volumen y ganaban temperatura mientras el ttiempo pasaba como una exhalación a nuestro alrededor
tus caderas se escapaban a la danza de fuego que quemaba nuestro amor por décimas
mis manos cobraban vida, cobraban voz, y a susurros separaban tus muslos resbaladizos de mi cuerpo impertérrito
tu pechos se acercaban y se alejaban... acorde con nuestra danza
tus ojos se cruzaban con los míos y me suplicaban que te llevara al cielo, con la expresión más dulce que jamás he visto
Las mariposas de luz se escapan de nuestros cuerpos, es hora de que las despidamos

3 comentarios:

  1. Creo que es una de las cosas más hermosas que he leido en tiempo... me encanta la forma que tienes de expresarlo y el ambiente que creas entre tus palabras.. el movimiento que le das, todo.
    Es perfecto, precioso.

    Mil gracias.

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  2. Muchisimas gracias
    En serio, me encanta que aprecien mis obras :D
    Muchas gracias

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