ayer nací, como el rocío
cubiertito de escarcha, frío
ayer soplé al barco madrugada
mientras me cantaba una sirena varada
me decía, cuantas noches me perdí
esperando a un alba que no llegaba
que ni quería ni se acercaba
como aquellos ojos barís
que rara forma tienes de querer
y casi sin querer, abracé
los vestigios de tu alma al perecer
y casi sin querer, cerré
la puerta allí, así donde al parecer
casi sin querer, te olvidé
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