martes, 22 de noviembre de 2011

Huellas Añiles

Y te vas, y ni te despides
me dejas tirado, borracho de luna
ladrándole a las sombras
llorándole a Neruda

y te vas, y ni vuelves
dejando huellas añil
en mi corazón, rasgando las
vestiduras, triste alabñil
que se confundió
riendo las penas
donde amaneció
borracho de tristeza

de la mano de la sordera
y de Dios, imaginación
de cuantas tontas primaveras
bajo su sombra, permaneció

y esta vez, las estrellas
sienten que se estremeció
la luz de la vela, que
andaba a la espera,
de pedir perdón

y sin hablar, hablé
de cuando miraba p'atrás
y te veía viniendo
justo cuando te vas

2 comentarios:

  1. No sé por qué, pero me gustan más si leo éste como continuación del anterior que si los veo por separado... :)

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  2. Supongo que es porque las escribí una detrás de otra, y quedan reminiscencias... No sé, también puede ser que estén conectadas de otra manera. te dejo averigüarlo jajaja.
    Muchas gracias por leerme

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